jueves, 3 de enero de 2013

NOT FEAR

Ocurrió hace un tiempo, mis amigos y yo nos disponíamos a buscar algún sitio a las afueras de la ciudad, pero lejos del ruido, los coches; un sitio tranquilo, donde pudiéramos estar todos juntos, como si fuera nuestra base secreta.


Al final la encontramos, estaba cerca de un pueblo pequeño habitado por mas o menos 10 personas, encontramos una pequeña casa, con 2 pisos y totalmente abandonada, tenia un porche precioso, entre todos nos propusimos limpiarla un poco y usarla como nuestro escondite, halábamos de llevar muebles, una televisón, un equipo de música, sofás, sillas, una mesa.... Miles de ideas que se nos iban ocurriendo mientras que limpiabamos la casa.





Mis amigos se empezaban a ir, mientras yo seguía limpiando el porche, me había enamorado de aquel sitio, conseguí finalmente montar un pequeño columpio que estaba escondido en el desván, tanto trabajo seguro que valía la pena, cuando me quise dar cuenta ya había anochecido y todos se habían ido ya a sus casas, el sitio en el fondo era algo tétrico de noche, pero no por la casa, sino por el alrededor, aquel pueblo no me gustaba, me traía malas vibraciones.



Después de unos minutos sentado en el porche decidí marcharme, entre en la casa en busca de mis cosas, pero cuando me disponía a salir por la puerta, empezé a escuchar como alguien se columpiaba en el columpio, me asome por la ventana sigilosamente, y vi como alguien se marchaba dirección a la puerta trasera de la casa, estaba extrañado, miles de preguntas me venían a la cabeza, pero la que mas se repetía era: ¿Quien es esa persona y qué hacia allí?



Escuche como la persona entraba por la puerta trasera, y rápidamente me decidí a huir por la salida mas cercana, pero, ¿como? la puerta por la que acababa de entrar hace pocos minutos estaba cerrada, ¿la habría cerrado aquella persona? Escuche como los pasos de alguien se acercaban al salón donde yo me encontraba, no sabia que hacer y escape hacia la cocina. 



En mi huida pise unos tablones que chirriaban, mierda, ahora aquella persona sabría que yo estaba allí, y efectivamente, segundos después escuche como una voz grave y fuerte decía: -Te encontrare, ya veras, no tienes escapatoria. No sabia que hacer, escuchaba como se acercaba, solo se me ocurrió correr al piso de arriba, estando arriba pensé que estaría seguro pero escuche como subía las escaleras, a cada paso que daba las escaleras se resentían, el hombre debía ser muy alto o gordo, ¿que hacia pensando en esas tonterías? debería estar buscando como salir de aquella casa.




Aaagg, se me acaban las ideas, mire a mi alrededor y vi una ventana medio cerrada, los pasos se acercaban, tenia que pensar rápido, intente abrir la ventana, pero la maldita no se abría, los pasos estaban cada vez mas cerca, notaba ya la respiraciónde aquel hombre. Por fin, se abrió la ventana, me zafé por la apertura y salí al tejado del porche, justo entonces escuche como se abría la puerta de la habitación, lo único que se me ocurría era saltar, pero no se veía nada, escuche como aquel hombre se acercaba a la ventana, se me acababa el tiempo. Mire abajo, parecía que iba a caerme al vacio.




Al final me tire, me tiré sin saber lo que habría abajo, por suerte caí encima de la hierba, el dolor no era tanto, pero cuando me intente levantar un fuerte dolor me vino a la pierna. -No!! lo primero que pensé es que me la había roto. No conseguía levantarme, me era imposible, el dolor era demasiado fuerte. En aquel momento se abrió la puerta de la casa y vi salir a aquel hombre, era enorme, con muy poco pelo, bastante gordo y con una mirada impactante, se me metía por los ojos y me congelaba.






Se empezó a acercar a mi, no podía moverme, estaba como paralizado, solo le conseguía mirar fijamente a los ojos. Nunca me olvidare de aquella mirada, empezaba a perder la consciencia... Pero justo cuando lo daba todo por perdido, note como una mano me agarraba por la camisa y tiraba de mi hacia atrás, no sabia quien era, me apoyo a su hombro y huimos de aquel lugar. Como un lugar tan bonito de día podía ser tan tétrico por la noche.




Finalmente perdí la consciencia y, cuando me desperté, vi una luz muy intensa iluminándome, me cegaba, solo veía una figura borrosa que me zarandeaba levemente, luego oí su voz, una voz dulce, suave y tranquila, era inconfundible, era ella, mi ángel de la guarda, mi hada en el bosque oscuro...




Era mi amiga, la ultima persona que se había marchado de la casa, que gran alivio. Cuando me centre un poco escuche como me decía que se había preocupado y había venido a ver si estaba bien. No podría haber venido en mejor momento, no le conteste, en aquel momento no podía formular palabra, y mi acto reflejo fue abrazarla, abrazarla tan fuerte como pude, me sentía seguro a su lado. Me ayudo a levantarme y poco a poco nos dirigimos hacia mi casa mientras le contaba lo que había pasado, a lo que ella me contesto: -No tengas miedo, ya estoy aquí...